miércoles, 13 de enero de 2010

De lectura obligatoria





Sobre los acantilados de mármol
Ernst Jünger
Tusquets Andanzas
224 pág.




Hay veces en que una premonición no es tal; hay veces en que presentimos, o creemos presentir, el futuro, y no es más que fallos de conexión que se producen entre neuronas. Alguien me dijo un día que conocer el futuro era posible sólo y cuando fuéramos capaces de contemplar y comprender el pasado. Pero la línea euclidiana hacia adelante no es tan perfecta: Juan Luis González me hablaba, un día de café y frío, de la posibilidad matemática de que existan en el universo muchas más dimensiones de las que presuponemos aquí. Hay asuntos que no podemos explicar basándonos, únicamente, en manuales que para algunos procuran la felicidad. No todo se puede explicar. El ser-humano es y será una incógnita para mí y para muchos (no me cabe dudas al respecto) debido a su forma de actuar, debido a eso que llaman Ego, debido al ansia de poder (que no amor) para con el propio hombre. Existen guaridas donde parece que la ignominia nunca llegará; la Marina, lugar donde Jünger ubica su historia, pareciera cumplir esta idea, paraíso cercano a lo ancestral. Pero pronto, y bajo la mirada del protagonista, primera persona que nos hace cómplices, descubrimos que la serenidad y suavidad propia de los cuentos de Hadas con que el autor nos brinda su historia, se convierte en oscuridad, en arma arrojadiza con la que el Gran Guardabosque se procura los lares de su tiranía. La novela está repleta de personajes míticos, de botánica, de historia, de ira y sublevación. Reflejo de tantas dictaduras, de tantos acontecimientos que han hundido al hombre en el lodo o deborado por la fauces del lobo hambriento, quizás lo único que intentó hacer Ernst Jünger fue describir sucesos históricos tales como la subida al poder de Hitler y la persecución del pueblo judío. Recordemos que la novela apareció en 1939. Cuán cuidadosos debemos de ser. "Analizar la actualidad para no ser engañados", les repito hasta la saciedad a mis alumnos de clases particulares. Hace unos días tomábamos café y té, Óscar, yo y unos cuantos libros (ya te digo), y salía a relucir de entre el humo del cigarro uno de las joyas que traía consigo Óscar, La sociedad abierta y sus enemigos de Karl Popper. Entre oquedades y silencios aparecía la figura de Platón como uno de los primeros "teóricos" de la tiranía e impulsores de gobiernos dictatoriales... Gracias Óscar. Todo conectaba y se entrelazaba; justo esos días, incluso antes de toparme afortunadamente con la obra de Jünger, pensaba, esporádicamente, en La estética de la resistencia de Peter Weiss, algo me decía que, de forma inevitable, estamos condenados a mirar de frente a la bestia (o Gran Guardabosque) e intentar en la medida de lo posible resistir como sea en honor a la ... Estuve a punto de decir "Verdad", pero qué verdad, ¿existe, en realidad, una verdad que nos ampare a todos? Por supuesto ya sabemos la respuesta a esta pregunta.
Samuel R

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