martes, 10 de noviembre de 2009

El jardín de al lado




El jardín de al lado
José Donoso
Seix Barral Barcelona 1981
269 pág.



Novela que frecuenta los lugares de la metaficción. Lugares inhóspitos de la creación, terrosos y estériles que sin embargo son comunes en el propio ejercicio creativo. El jardín de al lado cuenta la historia de un escritor chileno que vive desde hace 10 años en Barcelona. El boom latinoamericano y su agente literaria por excelencia planean y entroncan con las vicisitudes de nuestro protagonista. José Donoso, como diría Bolaño veinte años más tarde, nos deja su testamento literario. Yo había leído El lugar sin límites, me gustó, pero he de reconocer que ésta me ha entusiasmado, quizás por la temática. Sigo con el argumento: tras estar seis días en la cárcel decide marcharse y probar suerte con las editoriales españolas. Estamos en 1980, más o menos, y la realidad política en España y en Chile salpica el fondo de la historia y marca los afectos y las posiciones estereotipadas de los personajes (su postura ideológica). El otro posicionamiento, el cotidiano, el del pan que comer y el libro que escribir se plasma con una agonía premonitoria. Pero sobre todo Gloria, su mujer que está traduciendo Middlemarch de George Eliot, novela representativa de la época victoriana. Y que a lo largo de la novela la vemos a través de los ojos de este escritor estancado, que no avanza con la revisión de su última obra (rechazada por su agente literaria). Y la ve como una Odalisca, la ve inconstante e intuitiva, esclava y encantadora (tópicos que son explicados en un giro de tuerca sobrecogedor y maestro, que recuerda a Secretos de un matrimonio de Bergman, pero sin su densidad pegajosa). Un amigo común, pintor prestigioso y muy valorado (Pancho Salvatierra) les pide que pasen el verano en su casa de Madrid, cuidando la casa y a sus mascotas. Desde este piso ven el jardín de al lado. Leit motiv de la novela: ese paraíso prohibido del que parecen ser expulsados. Ahí ella sufrirá una verdadera crisis nerviosa, al ver cómo el mundo en el que se sostenía, su hijo y su marido, le da la espalda. Y surge, por ello, todo ese rencor. El haber recibido una educación donde debía ser comparsa de su marido provoca que Gloria no haga sino proyectar su rabia e impotencia en el estancado trabajo de su pareja (esa gran obra de la literatura chilena que le hará entrar por la puerta grande de la nómina de los privilegiados: Vargas Llosa, Márquez, Fuentes, Cortázar, Borges, Rulfo). La novela cuenta entre tantos desencuentros y frustraciones la emancipación, al menos, de un personaje, el más silenciado, el que precisamente se convierte en autora del libro que el lector tiene en sus manos. El jardín de al lado ofrece la otra cara de ese boom editorial, la de su periferia. Es la historia de un fracaso pero también la de un éxito: la propia novela.

Óscar H.

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