lunes, 2 de noviembre de 2009

EL OTRO BOLAÑO


Roberto Bolaño
Una novelita lumpen
Anagrama Barcelona 2007
160 pág.

Agridulce retrato de la adolescencia huérfana con trasfondo de novela negra. La psicología del personaje narrador queda patente en sus reflexiones, el relato de sus sueños o pesadillas, la descripción de una ausencia (la de sus padres) y de una indolencia que ofrece un hueco lleno de frustración rutinaria. Puro Bolaño. Pero con ciertas diferencias. La primera: cambio de situación geográfica, la historia sucede en Roma; la segunda: los personajes no son poetas o delincuentes o actores pornos o una mezcla de todo esto. Pero sigue siendo reconocible el estilo. ¿Por qué? Pues para empezar por la radicalidad de los personajes, por sus silencios, por sus contribuciones a la historia. Radicalidad porque a pesar de contar el trasunto de dos hermanos normales, la condición de orfandad por la pérdida de los padres en un accidente automovilístico, los embarca en un viaje hacia las ofertas más descarnadas del ser humano, pero siempre con mucha calma. Una calma que agobia, que crea una atmósfera de angustia de la que el lector quiere salir cuanto antes, a ser posible con los dos protagonistas redimidos. Este viaje iniciático recuerda a las road movie, la carretera aquí son los días que pasan, las gasolineras y moteles son los personajes, extraños (boloñés y libio) que participan y desarrollan una trama de novela negra. Introduciendo al otro gran protagonista de la historia: un culturista, convertido en estrella del cine de romanos o peplum, que en el momento de encontrarse con Bianca se le ofrece al lector en una decadencia física y moral que ayuda sin embargo a la propia Bianca a encontrar un amor como fondo del pozo en el que termina. Gordo, calvo y ciego consigue inspirar por fin después de tanto tiempo un sentimiento de ternura en la joven. Ternura o piedad que como un espejo hace que se refleje en su propio círculo infernal, el de la indolencia, y lo tome como resorte para actuar y encauzar su vida, expulsar a los demonios (aquellos extraños) y aguantar el chaparrón con un sentimiento de esperanza. Precisamente ha hecho falta toda esta aventura de desarraigo personal para comenzar de nuevo. Nos despedimos con el primer llanto del hermano tras la pérdida de sus padres. La novela también hubiese admitido el subtítulo de génesis de un llanto. Otro Bolaño porque enfatiza en cierta sencillez y en el dominio de una estructura de género, propia de sus grandes dotes de narrador. Otro Bolaño porque es aparentemente más ligero, menos político, menos contestatario. Otro Bolaño y sin embargo pura literatura.



Óscar H.

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