sábado, 19 de diciembre de 2009

Las redes de Bazin


Orson Welles
Andre Bazin
Traducción de F. Meliá
Valencia Fernando Torres Editor 1973
222 pág.




Considerado el padre espiritual de la Nouvelle Vague, Andre Bazin se presenta como uno de los críticos de cine más relevantes de la posguerra. Eso dicen las obras especializadas, y algún que otro compañero suyo, también discípulo (como Truffaut). Nosotros no podemos suscribirlo, a falta de lecturas. Lo que sí podemos es intentar explicar la grata impresión causada por la insólita profundidad, dominio del medio y grandes conocimientos, y sobre todo (algo que ya se anuncia en el prólogo) por su capacidad inventiva y metafórica para acercarnos a la difusa materia estética y por saber rescatarla en unas finas y especiales redes. En éstas, contemplamos sorprendidos, la validez de dichos textos. Fundamentalmente porque sus análisis tienen una autonomía propia. Se cumple aquel precepto romántico de crear con el texto crítico una obra estéticamente valiosa, y con sentido único. Así, por ejemplo, cuando para diferenciar el cine viejo del nuevo (como el de Rosellini) se pasa a describir la lógica de ambos con la siguiente comparación: el primero responde a la de la cadena en el piñón de una bicicleta, el segundo a las piedras que atraviesan un río para poder cruzarlo. Y la desarrolla: la función de las piedras no es que el viajero cruce sin mojarse los pies, es decir: los hechos son los hechos y no tienen la función de servir de forma predeterminada a nuestra imaginación, es ésta la que utiliza a los hechos. La participación del espectador es crucial en el nuevo cine, el reclamo de su inteligencia y el de su imaginación.

Esta monografía de Orson Welles viene a constatar lo dicho. Los estudios que se hacen de sus obras, el detalle técnico y su posible explicación montan un discurso casi independiente (no en vano el propio Bazin cree que una de las exigencias del crítico es saber más y saber menos que el autor, es decir arriesgar con tentativas de solución ante las encrucijadas estéticas de la obra). Bazin nos habla del hombre y del artista, recuerda su precocidad, su incansable energía, las adaptaciones de grandes obras para la radio: Los miserables de Hugo, en una serie de 30 capítulos, la conmoción con La guerra de los mundos de H.G. Welles, entre muchas otras. Su edición comentada e ilustrada de las obras de Shakespeare. Su amor por Montaigne, su desprecio por Gide, su gran habilidad para explicar que el "To be or not to be" de Hamlet no implica un cuestionamiento de la existencia de Dios. Pero me adelanto, la obra se centra especialmente en su cine: en Ciudadano Kane y El cuarto mandamiento, sus dos primeras películas, Bazin establece un paralelismo temático, la nostalgia de la infancia (reflejo del propio Welles) y una diferencia formal, la primera: barroca, la segunda: clásica. Y pasa a exponer un análisis sobre el estilo: el uso del gran angular, los encuadres, el contrapicado, el plano secuencia, el montaje de primeros planos, la puesta en escena, la iluminación, el objetivo de 18'5 mm. y su relación con el efecto dramático. Y así continúa, con su currículum fílmico: Estambul, La dama de Shanghai, Macbeth, Othello, Mr. Arkadin y Sed de Mal. Desgraciadamente Bazin muere en 1958.

La crónica de estas disertaciones se completan con unas entrevistas que duraron más de cuatro horas, bebiendo whisky y fumando puros de 25 cm. donde Welles habla sin tapujos sobre las dificultades que ha tenido para hacer su cine: la envidia, la desconfianza y algún que otro fracaso comercial lo han puesto en esa tesitura (la única película que controló de verdad fue su ópera prima). Del cine dice que no le gusta verlo sino hacerlo, utilizarlo como una máquina, para extraer lo más importante de todo, la poesía. Y nosotros contrastamos lo dicho por Bazin, lo que permanece en esas redes, y lo que se escapa de ellas, rescatadas por el propio autor.

En fin, podemos decir, que este libro es una joya para aquéllos que amen el cine en general y el de Welles en particular. Y que además supone una oportunidad para conocer a un escritor que sabe transmitir, con un lenguaje propio, la reflexión estética de este mal llamado séptimo arte.


Óscar Hernández

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