martes, 1 de diciembre de 2009

ampliación del universo

La literatura en peligro
Tzvetan Todorov
Traducción de Noemí Sobregués
Galaxia Gutenberg Barcelona 2009
109 pág.



La literatura como alimento vital. La literatura para Todorov, y para algunos otros, supone un espaldarazo en el día a día. No diré que nos hace mejor personas (y ya introduczco una valoración personal) ni tampoco que lo diga Todorov (Said en su obra ensayística El mundo, el texto, y el crítico, explica la ingenuidad de pensar que el hábito de la lectura, el conocimiento de las grandes obras, la sensibilidad estética para captar la belleza, nos convierte en mejores individuos, cuando cuenta el caso de un colega soprendido por encontrar en el despacho de un dictador la obra culmen de Durrell, El cuarteto de Alejandría). Pero sí diré y gracias a Todorov lo digo de esta forma que me parece destacable esa habilidad de la ficción para ampliar tu universo personal.
De todas formas de lo que trata esta obra no es de moralizar sobre la labor lectora sino que nos ofrece ( a la manera de Alberto Manguel en Una historia de la lectura) lo que le ha ocurrido a través del descubrimiento de la literatura.
De iniciación y de reflexión y de memorias tratan estos ensayos, breves y necesarios (otra valoración personal). Desde aquel niño que lee desde que tiene memoria, y va saltando de libro en libro, pasando por el joven universitario que en la Bulgaria comunista para eludir la censura y la persecución ideológica decide emprender los estudios sobre la forma literaria. O también cómo termina con una beca en París en los '60 (atravesando el telón de acero) y cómo allí descubre a Gerald Gennette y a Roland Barthes y logra hacerse un hueco con las traducciones de los formalistas rusos al francés. Mientras la realidad política cambie, sus aspiraciones irán cambiando, y de la pura estructura y su metodología, su interés irá recayendo en lo estético y en lo social.
El curriculum de este políglota es asombroso ( y su premio Príncipe de Asturias en la categoría de Ciencias Sociales del año pasado, es tan sólo la punta del iceberg). La literatura en peligro cuestiona la manera de enseñarla en las escuelas y universidades. Y tras un mensaje que puede parecer apocalíptico y oportunista, recuerda las razones del desligamiento entre la literatura y las cosas del mundo referencial y práctico, realizando un somero y magistral recorrido por la historia de las ideas estéticas en la época moderna. El paso entre la literatura como guía y paideia hasta la literatura como ejercicio autosuficiente que ofrece al lector el mero ejercicio contemplativo, es descrito como consecuencia del arraigo de la literartura científica (de la razón instrumental y de la ciencia experimental como amasijo de realidad única) y del desarraigo del arte como horizonte referencial: el arte del siglo XX se desliga (aparentemente) de la política., de la ideología, de la sociedad (hasta cierto punto, pues la sociedad es también matriz de esta estética), y crea un mundo propio (The Finnegan's Wake, por ejemplo). El arte es caro, es un producto, negocia un estatus (eso es social y económico). Y ya no digamos los perros de presa que median entre el artista y el receptor (editoriales, galerías de arte..). Pero nos desvíamos del tema y la tesis de Todorov es más sencilla: esta fractura entre la estética y la ética no ha de invalidar (quizás no debería, no deberíamos dejar que lo haga, a él por lo menos le pasa sin tanta exigenica moral de por medio) la ficción y su disfrute y sufrimiento como si se tratase de un asunto ajeno al mundo (al menos el que responde al universo de cada uno). Eso sería, para Todorov, como negar el propio mundo.
Sartre decía algo así como que la literatura que no remueve conciencias no vale. A Todorov no se le ocurre tamaña censura, simplemente denuncia un acercamiento esquemático y superficial, didáctico en demasía, centrado en el método de estudio y no en el sentido de la obra. Y es verdad que de entre los formalistas, solipsistas y nihilistas de nuestra contemporaneidad (parece un chiste de Woody Allen o de Gila) no se queda con ninguno.
Creo que Todorov apuesta por los orígenes de todo. ¿Qué nos ocurre cuando terminamos la lectura de un libro? A Tzvetan Todorov le ocurre que su universo se amplía. Que cada uno se responda como quiera, pero que se responda. Aprendamos a descubrir el sentido de las obras que leémos, aprendamos a enseñarles cómo llegar a él a nuestros estudiantes. Se trata de apreciar más allá de las metodologías la continuidad de los mundos posibles. Se trata de leer a todos los niveles que queramos y a los que estemos dispuestos, sin menoscabar nunca el contenido humano (revolucionario o no) de la obra.

Óscar

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